Batatal
Parroquia:
San Isidro
Labrador de Batatal
Párroco Actual:
Pbro. Erman Cano
Dirección: Parroquia Civil
Ayacucho. Batatal
Teléfono: 0272-684 11 22
Año de Fundación: 1961
Patrono: San Isidro
Labrador
Fiesta Patronal:
15 de Mayo
Horario de Misas
Lunes a Sábado:
De acuerdo a las
intenciones.
Domingo:
08:00am
11:00am
03:00pm
Horario de bautizos:
Sábados a las
10:00am
Requisitos:
Fotocopia de la
partida de nacimiento
2 padrinos
Charla
pre-bautismal
Catequesis que ofrece:
Pre-bautismal
Primera etapa
Segunda etapa
Tercera etapa
Horarios:
Domingos 09:00am
Movimientos de apostolado:
Sociedad de
Agricultores de San Isidro Labrador
Sociedad del
Corazón de Jesús
Sociedad de la
Virgen del Carmen
Sociedad de las
hijas de María Inmaculada
Legión de María
Catequistas
Renovación
Carismática
Reseña Histórica:
No
hay ningún género de dudas para pensar que la comunidad se formó en la montaña
en medio de un clima lluvioso y frio pero, en el nombre de Dios Todo Poderoso.
He ahí el predominio de la religión católica apostólica y romana desde los
primeros tiempos. Así, pues, comenzó el fervor religiosos de las familias, las
que hicieron posible la llegada de cuatro campanas de bronce que fueron donadas
por los vecinos y una de ellas por Don José Miguel González. Estas repicaron,
por primera vez, en 1893 desde el campanario de la pequeña capilla construida
por los fundadores, en honor a San Isidro Labrador, patrono de Batatal.
Providencialmente,
el sonido de las campanas lleno de alegría a la comunidad, estigmatizando el
mágico número 77, pues, justo se cumplían setenta y siete años de haber pisado
la montaña los primeros hombres que poblaron a Batatal.
La
visión eclesiástica de los distintos sacerdotes mejoro aquella construcción,
dando paso, posteriormente a una moderna iglesia con su casa parroquial para
bienestar de las autoridades eclesiásticas y de la feligresía.
La
primera misión evangelizadora de los reverendos padres redentoristas data el 04
de marzo de 192 que congregó a toda la población y profundizo las bases de la
fe cristiana. Se celebraron los primeros bautizos y matrimonios ma… vos de la
comunidad marcando un hecho de grata recordación. Desde entonces ha oficiado:
Álvarez, Uzcátegui, Berrios, Jerez, López, Montellano, Lara, Alcoberro,
Martínez, Guijarro, Tobón, Torres, Julio Cesar León.
Muchos
de estos sacerdotes promovieron las asociaciones religiosas, entre las cuales
destacan:
Sociedad
del Santísimo Sacramento, con devotas como: Flor Lugo de Gonzáles, Ramona
González Bastidas, Tránsito de González, Amelia De Hernández, Parmenia García
de Lugo, Oliva Ochoa de González, Esperanza González Gudiño, Sofía Delgado de
Velásquez, Carmen Méndez de Hernández, Elvia Quintero de Graterol, Santos
Martínez de Gonzales, Elvia Rosales de Delgado, Lourdes Graterol de Parada,
Manuela Valladares de Delgado, Graciana Vidal Colmenares, Rosa Julia Bastidas
de Gudiño, Belén Valladares de Pimentel, Angélica Bastidas de Andrade, Olga
Bastidas García, Rosa García de García, Mélida Méndez de Castillo y otras.
Sociedad
del Corazón de Jesús, con afiliados como: Melquíades Vidal, Excio José
González, Expedito Antonio González, Manuel Vidal, Dionisio Mambel, Eleuterio
Montaña, entre otros.
Sociedad
de la Virgen del Carmen, con integrantes como: Jesucita de Vidal, María
Mercedes Hernández, Antonia Quevedo de Perdomo, Rosa Quevedo, Mariana González,
Italia Hernández M., Nancy Vidal de Mejía, Carmen M. de Valladares.
Sociedad
de las hijas de María Inmaculada, cuyas devotas son por lo general jóvenes de
la parroquia como: Lizbeth Pírela, Dacelis Parada, Xiomara González, Ana
Colmenares, María Ángel Bastidas, Mary Rangel G., Xiolian González, entre
otras.
Sociedad
de agricultores de San Isidro Labrador, aunque parezca mentira es la más
reciente constitución y agrupa a devotos como: José Francisco González, Numa
González, Darwin Parada G., Juan Bautista González D., Carlos González Ochoa,
Cesar Parada G., Agustín Velásquez Delgado y Pompeyo González.
Parroquia Eclesiástica
Para
el año 1961 acontece un hecho de gran trascendencia histórica. La Diócesis de
Trujillo decide elevar a categoría de “Parroquia Eclesiástica” a la iglesia San
Isidro Labrador, con jurisdicción en el ámbito de la “Parroquia Civil
Ayacucho”, ceremonia para la cual asistió el Obispo en visita pastoral de tres
días, que aprovecho para realizar el mayor número de confirmaciones en la
comunidad.
Pero
antes en su homilía exclamo: “¡Dios bendiga Batatal y se digne de conservarlo y
mejorarlo social y moralmente, para bien y gloria de sus hijos, por los siglos
de los siglos amén!”. Este hecho en el sector eclesiástico se produjo justo
después de 23 años de haberlo oficializado el sector civil, como se precisa
líneas arriba.
Desde
el primer momento se arraigó con mucha fuerza la devoción a San Isidro, hasta
el punto en que agradecidos con los favores, los productores del campo, cada
año continúan la tradición montando grandes arcos de madera adornados con hojas
de india, caña brava y bambalinas de colores, en las principales esquinas, done
exhiben lo mejor de su cosecha. Y así, todos los 15 de mayo, durante la
procesión de la imagen por las calles del pueblo, el sacerdote y algunas veces
el obispo entrega su santa bendición a la producción agrícola, loa animales
domésticos, el comercio y las familias. La fiesta de tres días va acompañada
con explosión de fuegos artificiales, música en vivo y diversas competencias
deportivas. Una festividad que está enraizada en el corazón de los hijos de
Batatal, donde quiera que se encuentren teniendo presente ese día a su patrono,
San Isidro Labrador como intercesor ante Dios Todopoderoso.
Y
el pueblo fue creciendo en medio de las festividades religiosas.
Nació
en 1080 en Mayrit o Magerit, como lo llamaban los cronistas árabes al futuro
Madrid, que entonces era una pequeña aldea. Santo español, patrono de la Villa
de Madrid y de los agricultores.
Aunque
no se tienen demasiados datos biográficos sobre el santo, parece ser que vino
al mundo en el seno de una familia humildísima, poco antes de la reconquista de
Madrid, en una casa situada donde en la actualidad se halla la calle de las
Aguas. Quedo huérfano muy joven y fue
acogido como mozo de labranza por un ricachón de Madrid que se llamaba Vera;
Isidro en el campo trabajaba con seriedad y durante los descansos se apartaba
para rezar y no participaba en las conversaciones y actos deshonestos de los
demás campesinos, gracias a su rectitud se ganó el aprecio de sus amos, lo cual
comenzó a despertar la envidia de sus compañeros de trabajo. Sus compañeros,
por envidia, lo acusaron varias veces ante el amo de abandonar el trabajo para
dedicarse a rezar. Interrogado sobre el particular, no lo negó, pero hizo constar
que todos los días ejecutaba todo lo que el amo le ordenara. El amo lo puso a
prueba duplicando sus obligaciones. Isidro no se arredró y, como de costumbre,
suspendía el trabajo en horas de oración y luego lo reanudaba con más ahínco.
Al anochecer todo estaba terminado. Se decía que mientras el rezaba, los
ángeles bajaban del cielo y trabajaban en su lugar.
Cuando
Alí, rey de Marruecos, atacó Madrid en 1110, Isidro hizo como muchos otros y se
trasladó a Torrelaguna, donde continuó con el mismo género de vida, dedicada al
trabajo y a la oración, que había llevado hasta el momento. Fue precisamente en
la parroquia de esta localidad donde contrajo matrimonio con una joven llamada
María, natural de Uceda, cuya dote matrimonial fue una heredad en su pueblo
natal, lo que fue causa de que los esposos se establecieran allí para trabajar
las tierras por cuenta propia; María compartía totalmente sus inclinaciones
religiosas. Solo tuvieron un hijo. Cuando el niño creció los padres sintieron
un vivo deseo de hacerse monjes. María se retiró a un eremitorio e Isidro se
quedó solo.
E
Torrelaguna tuvo que trabajar para un rico propietario que en señal de
agradecimiento le dio una pequeña parcela. Isidro era un buen agricultor y,
después de la tierra del amo cultivaba la suya. Lo que conseguía lo dividía en
tres partes, una para los más pobres que él, otra para la iglesia y otra para
sus necesidades. Sus cosechas eran abundantes y despertaron la envidia de los
demás agricultores, que lo acusaron ante el amo “Isidro tiene un trigal
magnifico, porque no trabaja tus tierras todo el tiempo que debe”. El amo le
tomó la palabra y le dejo la paja con muy poco grano. Pero el buen Dios
multiplico el grano de Isidro que, como de costumbre lo dividió en tres partes.
En
1119, Isidro volvió de nuevo a Madrid, y entró a trabajar como jornalero
agricultor al servicio de un tal Juan de Vargas. Estableció su morada junto a
la Iglesia de San Andrés, donde oía la misa del alba todas las mañanas y,
luego, atravesaba el puente de Segovia -las tierras de su patrón estaban del
otro lado del Manzanares- para aprestarse al duro trabajo de roturar la tierra
con el arado. Se dice de él que daba cuanto tenía a los menesterosos, y aún a
las palomas hambrientas cedía las migas de pan de las que se alimentaba.
Con
el correr del tiempo decidieron los esposos separarse para llevar una vida de
mayor santidad; marchó así Isidro a Madrid, mientras María quedaba en Caraquiz
consagrada al cuidado de la ermita, la cual barría y aseaba diariamente, al tiempo
que pedía limosna para costear el aceite que alumbraba la imagen. La separación
duró hasta la última enfermedad del santo, cuando María tuvo noticia por un
ángel de la muerte de su marido. Corrió presta a la Villa y no se separó del
lado de su esposo hasta que éste exhaló su último aliento en el año 1130. Luego
volvió a Caraquiz y, después de unos años, también murió.
A
Isidro, como pobre de solemnidad que era, se le enterró en el cementerio de la
parroquia de San Andrés, en una tosca caja de madera sin cepillar.
Transcurridos cuarenta años, como los prodigios de Isidro seguían corriendo de
boca en boca, ante la insistencia del pueblo, se exhumó el cuerpo y se le dio
sepultura en el interior del templo. Se vio entonces que, a pesar del tiempo
transcurrido y de haber estado expuesto a las inclemencias meteorológicas,
todavía se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo,
prodigio que se ha podido comprobar en las múltiples traslaciones que de su
cuerpo se han hecho.
Cuando
Alfonso VIII vino a Madrid tras haber derrotado al moro en las Navas de Tolosa,
ordenó que el cuerpo fuera colocado en un arca bellamente policromada con
escenas de la vida de Isidro. La beatificación, pronunciada por Paulo V el 14
de junio de 1619, a instancias de Felipe III, fue acontecimiento largo tiempo
esperado por el pueblo madrileño; para conmemorar el evento se celebraron
grandes festejos, en el transcurso de los cuales se inauguró la plaza Mayor.
El
19 de junio de 1622, Isidro, que en la memoria del pueblo ya era santo, fue
canonizado por el papa Gregorio XV, junto a Santa Teresa de Jesús, San Ignacio
de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. En 1657 el arquitecto fray
Diego de Madrid comenzó a levantar la capilla de San Isidro -primer ejemplo del
barroco madrileño-, aneja a la iglesia de San Andrés, destinada a contener la
urna del santo, cuyo traslado se produjo definitivamente en 1669. El 4 de
febrero de 1789, Carlos III ordenó que la urna fuera instalada en el antiguo
Colegio Imperial, que pasó a llamarse entonces Iglesia Real de San Isidro, y
que luego sería la catedral de Madrid.
Sectores que atiende:
Cachemira
Palo
de los Hierros
Rio
Blanco
Cerro
de los Gudiños
La
Pica
Tierra
Negra
Jiménez
El
Recodo
Rio
Negro
Actividades:
Misa de Aguinaldo:
Forman
parte de la tradición navideña y es conocida en otros lugares como “misa de
gallo” porque se celebra a las cinco de la mañana desde el 16 hasta el 24 de
diciembre, proclamando el nacimiento del Niño Jesús. Un total de nueve
ceremonias a las que asiste la feligresía con el entusiasmo de la música
popular navideña.
Fiesta de los Reyes
Magos:
En
1928 se inició la fiesta de los Reyes Magos, el 06 de enero, capitaneada por
Marcos Antonio Delgado y amenizada por Escolástico Zambrano, Miguel Bastidas y
DionicioMambel. Ellos organizaron aquella primera festividad, imprimiéndole un
carácter vivencial con la representación de los tres reyes magos, quienes
llegan a media mañana en la fecha indicada, montados a caballos, vestidos con
llamativas túnicas de seda, coronas doradas llenas de escarcha y sus caras
pintadas, cargando cada uno con su ofrenda para el Niño Jesús: oro, mirra e
incienso, que entregan en la celebración de la misa central. Esta festividad se
ha mantenido y ha perdurado hasta nuestros días como un atractivo de gran
predilección.
Niño Perdido:
Es
otra de las tradiciones con profundo sentido religioso. Dicha celebración
coincide con las festividades de la Candelaria, el 02 de febrero. En esta
ocasión las familias llevan a la iglesia, en pequeñas mesitas adornadas con
flores naturales, la imagen del Niño Jesús que estuvo acompañándoles desde
navidad en sus pesebres hogareños. Y llevan también a sus pequeños hijos para
que reciban la santa bendición en la misa concelebrada del día.
Serenata del Niño
Jesús:
Esta
se conoce como “Paradura” como es llamada en otras regiones; cuya ceremonia
realizan las familias en sus hogares para pagar promesas por favores
concedidos. Consiste en cánticos y rezos nocturnos, al son del cuatro, violín y
tambor, en torno a la imagen del Niño Jesús. Por lo general se realiza desde el
25 de diciembre hasta poco antes de Semana Santa.
Baile de San Benito:
En
el marco de la fe y tradición popular destaca el baile de San Benito que ha
resultado ser una de las más preciadas ceremonias que se realizan en los
hogares, en agradecimiento por los favores concedidos. Se trata de oraciones,
cantos y bailes típicos alrededor de una botella llena de miche (aguardiente de
caña de azúcar) con lo cual se baña al santo y cuyo licor se reparte en copas
entre los presentes. Jerónimo Delgado Palma fue uno de los más buscados y
prestigiosos bailadores de San Benito. Se vestía con una camisa blanca,
pantalón arremangado a la rodilla, cinta roja en la frente, un delantal de
flequillos atado a la cintura y una bandera blanca con una cruz amarilla en el
centro. Con el santo en el altar y la botella en el suelo comenzaba un
frenético baile ondeando la bandera al ritmo del cuatro y tambores hasta el
punto en que, sin darse cuenta los presentes, tumbaba la imagen expuesta en el
altar para decir, en una pausa impregnada en silencio: “San Benito se encuentra
borracho y se siente muy agradecido, amen”.
Que lindo mi pueblo bendito seas mi pueblo olvidado
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